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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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19-08-2021

 

PASE VERDE, FUTURO NEGRO

 

"..así que muy bien hacen los no vacunados en no vacunarse. El Estado debe defender ese derecho. No debe ser neutral. Debe defender ese derecho, y castigar a todo aquel que pretenda discriminar a la población como si nos encontráramos en un régimen nazi, salvo que en un nuevo giro absurdo, se nos pretenda decir que los nazis tenían la posta."

SURda

Notas

Opinión

 

Marcelo Marchese

 

La sistemática violación de la Constitución por año y medio puede escalar un peldaño peligroso si se instituye el pase verde.

 

La pandemia, radicalmente destructiva por las absurdas medidas tomadas, ha servido, sin embargo, para unas cuantas cosas, como revelarnos que muchos liberales, en realidad, no eran liberales, pues se han violado nuestras libertades y derechos constitucionales a troche y moche y estos liberales no han dicho ni pío, se encuentran en sus nidos esperando que escampe para volver con sus gorjeos.

El problema es que no escampa y no va escampar, pues luego de la pandemia vendrá otra pandemia, ciberataques y el manido calentamiento global: diluvios, sequías, terremotos y tsunamis. Tecnología para hacerlo, les sobra. No es algo que este articulista vaticine, es algo que Bill Gates y Klaus Schwab vienen anunciando, y cuando el río suena, es que agua lleva.

Mientras los gorriones liberales aguardan a que salga un sol que no saldrá nunca, el gobierno juega a la ruleta rusa, pues decir que la vacuna en fase experimental no es obligatoria, y luego habilitar a entrar a estadios y a la Rural del Prado sólo a los vacunados, es suicida por lo hipócrita.

Detengámonos en esto, ya que hablar del derecho de igualdad violado es demasiado obvio; hablar de que hay gente valiente, que por ser valiente será cercenada en sus derechos constitucionales, es algo que no debería ser necesario. A esta altura, uno duda si no debería ser necesario... pero no, no podemos haber caído tan bajo. Así que detengámonos en la hipocresía del gobierno, que esto es menos obvio y por lo tanto, más necesitado de análisis.

El gobierno, como todos los gobiernos, está al tanto de que la pandemia es, entre otras cosas, una operación política para crear un gobierno mundial. Para lograr ese objetivo, primero hay que desestabilizar y desprestigiar a los gobiernos nacionales que ya están, de por sí, harto desprestigiados. La pandemia ha puesto a los gobiernos en aprietos, y Lacalle no lo hizo enteramente mal, pero en septiembre del año pasado lo obligaron a apretar las clavijas y ahora está viendo cómo zafar del desastre. Una cosa es clara, hay gente dentro de la coalición que se frota las manos en tanto empuja al desastre, y es posible que la única cobertura de Lacalle sea una fuerte presión social contra la política discriminatoria.

Otro punto a considerar es que si el ordenamiento legal se viola un día sí y otro también, y además, se lo viola en manada, resultará que el actual ordenamiento legal irá al basurero de la Historia, cosa que, si continúa así, sucederá ineluctablemente. Nada más malo que hacer leyes que no se respeten, salvo ser el encargado de que las leyes se respeten y dedicarse, precisamente, a destratarlas, por lo que tenemos que nuestro gobierno, encargado de defender y aplicar las leyes ( "Defensores de las leyes" ) hace lo contrario para lo que fue elegido.

El tercer asunto a considerar tiene otro eslogan de fuerte raigambre histórica "Dignidad arriba, regocijo abajo" . El regocijo abajo no lo vemos ni lo veremos por mucho tiempo, habida cuenta que la pandemia nos ha hundido como nunca nos había hundido una guerra civil. Ahora, la dignidad arriba es bien importante, pues si uno ve que los que dirigen el carro están para la joda, deja de empujar, y eso es precisamente lo que sucede. Te dicen que la vacuna no es obligatoria, el Ministro de Trabajo confirma que no se puede despedir a nadie por no estar vacunado, sin embargo, ahí tenemos que se le permite a la ARU y a Peñarol, discriminar, en tanto algunos otros amenazan con discriminar. No se le puede permitir a nadie discriminar por ser homosexual, negro, árabe, o por no someterse a una vacuna harto dudosa. El gobierno está en grave omisión, pues los discriminadores deben ser sancionados.

Los tres puntos arriba reseñados son graves, pero el cuarto, es gravísimo, y es el daño moral que genera la hipocresía, pues uno espera que el defensor de las leyes no caiga tan bajo de decir una cosa y hacer la otra y permitir que se discrimine a cara de perro. La moral es algo que está en decadencia en este siglo XXI pandémico que ha dejado muy atrás al siglo XX cambalache, problemático y febril, y esta moral en decadencia vendrá en desmedro de lo humano, de la propia fe en la humanidad, una humanidad que vive un constante bombardeo, pues hay un discurso interesado en dejar al hombre desnudo de atributos.

Esto nos lleva de nuevo a la fase calentamiento global en ciernes y su ola de calor en Europa. El mensaje es que si seguimos así, se prende fuego el planeta o morimos todos asfixiados, ergo, es nuestra culpa que prendamos fuego el planeta y que muéramos todos asfixiados, en tanto el pobre oso polar flota a la deriva con las puntas de sus garras sobre un cubito de hielo.

El largo y deliberado ataque al ego del ser humano será el camino más eficiente para aniquilar la democracia, pues consideraremos que en un mundo rápido, intercomunicado y complejo, no tendremos la capacidad de tomar decisiones rápidas, intercomunicadas y complejas, por lo que habrá que dejar ese rol a los sabios que saben lidiar con lo rápido, intercomunicado y complejo.

Mientras se cocina este plato fuerte, pretenden encajarle a los vacunados una dosis de refuerzo en una medida absurda, pues si te vacunaste con la Sinovac no tiene gollete reforzar con la Pfizer, pues hacen cosas diferentes. Es como si lloviera, y en vez de salir a la calle con un paraguas, salieras munido con un tarro de dulce de leche.

Este absurdo se suma a una serie de absurdos, como que si vas al teatro con tu esposa, debas sentarte a metro y medio de distancia, cuando hay ciertas probabilidades de que hayas hecho el amor en todas las posiciones del Kama Sutra media hora antes. No se pueden aglomerar los seres hechos para la aglomeración, pero en el ómnibus se pueden aglomerar los seres hechos para la aglomeración. En suma, nos acostumbramos al absurdo, lo que implica un peligroso ostracismo del sentido común. Este absurdo cotidiano nos lleva a una pérdida de fe en nuestra capacidad de pensar el mundo.

Mientras que te dicen que no es obligatorio vacunarte, pero te chantajean de forma vil para que te vacunes, la vacuna no ha impedido que te contagies, que contagies a otros, y que mueras de coronavirus o de un infarto, y como han dicho expertos en la materia, la vacuna genera las nuevas cepas, con lo que vacunarse es una medida muy poco grata para la salud de uno mismo y de todos.

Los vacunados, supuestamente, gracias a la vacuna, ya estarían salvados. Si algún terraplanista conspiranoico se arriesga a salir a este mundo jodido sin estar previamente inoculado con una vacuna pergeñada por gente dudosa, es cosa suya, y esos terraplanistas conspiranoicos no pueden perjudicar a la masa de vacunados, pues ya fueron vacunados, salvo que en el fondo se nos quiera decir que la vacuna no sirve en absoluto, al menos, que no sirve para defenderse del virus ¿Será eso lo que se nos pretende decir? ¿O será que nos quieren vacunar a todos por propósitos que nada tienen que ver con la salud?

El tema es demasiado oscuro y estas vacunas han sido las vacunas más ineficientes de que se tenga memoria, así que muy bien hacen los no vacunados en no vacunarse. El Estado debe defender ese derecho. No debe ser neutral. Debe defender ese derecho, y castigar a todo aquel que pretenda discriminar a la población como si nos encontráramos en un régimen nazi, salvo que en un nuevo giro absurdo, se nos pretenda decir que los nazis tenían la posta.

Señores liberales: llegó el momento en que entonen vuestros gorjeos o que callen para siempre.


 

 


 
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